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¿Cuál es la diferencia entre homicidio y asesinato?

La diferencia entre homicidio y asesinato está en la presencia de agravantes. Ambos delitos implican la muerte intencionada de una persona, pero el asesinato se considera más grave porque se comete con alevosía, ensañamiento, promesa o recompensa, o con el objetivo de facilitar u ocultar otro delito. Basta con que se dé una sola de estas circunstancias para que un homicidio pase a calificarse como asesinato.

¿Qué es el homicidio?

El homicidio es el acto de quitarle la vida a otra persona de forma intencionada, pero sin que concurran circunstancias especialmente crueles, planificadas o agravantes. Se trata del tipo básico de delito contra la vida, y está regulado en el artículo 138 del Código Penal. Su castigo conlleva una pena de prisión de 10 a 15 años. Un ejemplo común sería una pelea que termina de forma fatal, sin premeditación ni ensañamiento.

¿Qué es el asesinato?

El asesinato también implica causar la muerte de una persona, pero se diferencia del homicidio por la presencia de agravantes que aumentan la gravedad del delito. Estos factores incluyen la alevosía, que supone atacar sin dar oportunidad de defensa a la víctima; el ensañamiento, cuando se incrementa deliberadamente el sufrimiento físico o psicológico; el precio o recompensa, es decir, matar por encargo económico; o la intención de facilitar u ocultar otro delito, como eliminar a un testigo.

El asesinato está tipificado en el artículo 139 del Código Penal y conlleva penas de 15 a 25 años de prisión, que pueden convertirse en prisión permanente revisable si se da alguna circunstancia especialmente agravante, como que la víctima sea menor de edad, haya más de una víctima o se haya cometido un delito sexual previo.

¿Cuándo un homicidio se convierte en asesinato?

Un homicidio pasa a ser considerado asesinato cuando concurre al menos una circunstancia agravante de las previstas en el artículo 139 del Código Penal. No es necesario que se acumulen varias: con una sola basta para que el tipo penal se agrave. Por ejemplo, si la víctima no puede defenderse y el autor actúa con alevosía, ya no estamos ante un homicidio, sino ante un asesinato.

¿Qué agravantes pueden aumentar la pena?

Además de los elementos que transforman el homicidio en asesinato, hay circunstancias agravantes adicionales que elevan aún más la pena:

  • Que la víctima sea menor de 16 años o una persona especialmente vulnerable por edad, enfermedad o discapacidad.
  • Que el asesinato esté relacionado con un delito sexual previo cometido por el autor.
  • Que el crimen haya sido perpetrado por miembros de un grupo u organización criminal.
  • Que el autor cause la muerte de más de una persona.

En estos casos, el asesinato puede ser castigado con prisión permanente revisable, la pena más severa del ordenamiento jurídico español.

Homicidio y asesinato son dos delitos que comparten el mismo resultado: la muerte de una persona causada por otra. Pero no son lo mismo. La clave para diferenciarlos está en la presencia de agravantes como la alevosía, el ensañamiento o el ánimo de lucro. Estas circunstancias convierten un homicidio en asesinato, con penas mucho más duras.

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